miércoles, 15 de julio de 2009

Autodisciplina - CONFIANZA Y RESPETO

La máxima aspiración de cualquier centro educativo es alcanzar la autodisciplina, crear un clima tal de confianza y respeto, que minimice cualquier acción disruptiva, una excelente oportunidad de convertir esta aspiración en realidad es precisamente por medio de la convivencia escolar centrada en el respeto de los derechos humanos. Desde la escuela, los docentes estamos llamados a velar, tanto porque se respeten los derechos de nuestros alumnos, como porque ellos cumplan con sus deberes, he ahí un reto - crear conciencia en niños, niñas y adolescentes para que reconozcan que el tener derechos, no los convierte automáticamente en sujetos intocables o les permite irrespetar los derechos de los demás. Hay que hacerles ver que, como sujetos plenos de derechos, deben actuar responsablemente y revisar si están cumpliendo con sus deberes como hijos, como estudiantes, como ciudadanos. Esto es la clave para la evolución de las relaciones interpersonales.
Reconocer a LOPNNA como aliada en la Convivencia Escolar, nos conduce a reconocer: Primero el rol fundamental de la escuela en la formación en valores para educar bajo la perspectiva de derechos humanos ya que estos son la esencia para la convivencia en paz, justicia y democracia. Segundo, para hacer de esto una realidad debemos reconocer el reto del docente como líder del proceso de cambio. Cambio, que debe traducirse en una escuela donde exista la autodisciplina, el respeto, donde las personas sean responsables de sus actos. Una escuela donde exista cooperación, cordialidad y confianza. Es más importante dedicar el tiempo a crear un ambiente de estudio, que agotarse en la solución de conflictos, muchas veces intrascendentes. Lo importante es aprender a no querellarse, lo importante es escuchar, con los oídos, con la vista, con todos los sentidos, es tener la capacidad de demostrar al otro cuan importante es para nosotros, y como estamos dispuestos a invertir tiempo y esfuerzo en orientarlo en la solución de sus problemas siempre bajo los principios del respeto y la responsabilidad. Los niños, niñas y adolescentes que tienen la oportunidad de crecer en un ambiente de respeto por los derechos humanos demuestran, desde temprana edad, la capacidad de reflexionar y actuar con mayor madurez.